Gana fuerza, energía y confianza en cada movimiento

Siempre había sido activa, pero cuando me dijeron que tenía problemas en el menisco de la rodilla izquierda, sentí que mi mundo se encogía. Caminar ya era incómodo, así que saltar o jugar con mi nieto ni se me pasaba por la cabeza. Pero Alejandro me enseñó a fortalecer mi cuerpo sin forzar la rodilla, y poco a poco volví a confiar en mí misma. Hoy no solo camino sin dolor, ¡sino que salto, corro y persigo a mi nieto por el parque como cuando era más joven!”

Si hay algo que tengo claro es que cuando no entreno, mi ansiedad se dispara. Es mi vía de escape, mi momento de desconexión, y Alejandro lo entiende mejor que nadie. No sé cómo lo hace, pero siempre sabe exactamente lo que necesito. Con él entrenar nunca es una obligación, sino un regalo para mi cuerpo y mi mente. Le digo siempre que es el mejor entrenador del mundo y él se ríe, pero yo lo digo en serio.

Llevo toda mi vida poniendo el trabajo por delante de mi salud. Siempre tenía una excusa para no entrenar: reuniones, viajes, estrés… Hasta que un día me miré al espejo y no me reconocí. Empecé con Alejandro sin muchas expectativas, pero desde el primer día entendió mis limitaciones y diseñó un plan que realmente podía seguir. No solo he perdido peso, sino que ahora me siento ágil, con energía y sin los dolores de antes. Si lo hubiera sabido, habría empezado hace años.

Superar un cáncer de páncreas fue lo más duro que me ha pasado en la vida, pero cuando terminé el tratamiento, me di cuenta de que la batalla no había acabado. Me sentía débil, sin fuerzas y sin ganas de moverme. Alejandro me ayudó a recuperar mi cuerpo poco a poco, sin presión, pero con constancia. Gracias a él, volví a sentirme fuerte, capaz y con ganas de vivir mi vida al máximo. No sé qué habría hecho sin su apoyo.